miércoles, 4 de octubre de 2017

Ya hay fecha para la DUI o la Venganza de Don Mendo.

Ese día parece ser que está planeado para el próximo lunes.
Ayer otro paso más en este esperpento/tragedia, sin duda el follón más grande que he vivido y no se a donde llegará.
Ayer entre tantas idas y venidas, hasta con representantes de la Iglesia de por medio, desde la sala Virgen de Monserrat  (ignoro si son otros mensajes recibidos del más allá como contar urnas en medio de una homilía ) habló Puigdemont, claro que también habló Piqué aquí habla todo Blas.
¡Callad que habla el abad,! ¡hablad buen abad, hablad!, se recitaba en la famosa obra de Don Pedro Muñoz-Seca.
El cinismo del señor Puigdemont, que sin duda encanta a sus simpatizantes, reflejó una inquietud preocupante, porque parece como un autómata que no se si sabe bien lo que está haciendo.
Los anti sistema de la CUP y otros que florecen en aquel vergel, con apoyos en el resto de España, si saben lo que quieren.
Las palabras, no porque fuese casi todo en catalán, no tenían coherencia. 
Seguramente el partidario que lo escuchaba se emocionaba, se creía  que son perfectos, demócratas griegos clásicos, pacifistas  a ultranza, defensores de la libertad, amantes de todos los pueblos del mundo (como Piqué). Todo el planeta les comprende, el enemigo es Rajoy, su gobierno, represor, injusto, invasor, opresor. 
Eso si como digas algo te echan de allí, del colegio a tus hijos, de la calle, te insultan (por ahora) te intimidan (por ahora) te hacen la vida imposible (por ahora). Lo siguiente lo escribi hace un mes:
Viendo lo del Parlamento de Cataluña no puedo evitar remontarme a otros tiempos, a recordar el comportamiento y vidas de otras personas y preguntarme ¿En qué fase estamos?
Resulta que los que han montado este cipote, los unos, se pasan por el forro la ley y alterando la Historia, el sentido común o la sabiduría popular, pretenden dar lecciones de democracia. Los otros que son, somos, muchísimos más no estamos unidos. 
No han sabido unirnos y tampoco hemos reaccionado como en Fuente Ovejuna. Los representantes políticos van dando bandazos, mirando la repercusión de sus apoyos o decisiones. El gobierno oculta sus cartas y acciones, se supone que está bien informado y cuenta con la mejor Inteligencia disponible.

¿Cual será el paso siguiente?

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