sábado, 3 de agosto de 2019

La cata de los melones, un rito. Monchi el catador

Cuando era pequeño había un puesto de melones de Villaconejos muy cerca de casa, unos melones verdes que parecían una pelota de football americano. Mi madre le pedía al vendedor que no le diese uno pepino. El experto tocaba, tocaba otra vez y elegía, casi siempre con el visto bueno de mi padre al desayunar melón con jamón. Desconozco si el tipo era un genio o todos los melones buenos, al fin y al cabo mi madre decía que eran los mejores.
Un amigo futbolero, del Sevilla, me comentó que tiene buena pinta el nuevo equipo, los nuevos jugadores, pero que como los melones hay que esperar a la cata. El Sevilla ha recuperado a Monchi, fracaso en Roma, y fichado a Lopetegui, descalabro en Madrid. El New York Times pondera la labor, logros de Monchi, como ejemplo de manejo de una institución deportiva. 
Este diario, como saben, no es muy del presidente Trump o sea que deben saber lo que dicen. En una larga editorial alaban a Javier Marías como el mejor escritor de España, no me atrevo a decir tanto, aunque sea del Madrid, hablan sobre todo de Franco lo que llama la atención en USA. Tiene mucha relación con el mundo anglosajón, se comunica bien en inglés, traduce, colabora y desconozco a los otros autores que ha frecuentado el de la editorial gringa. Todas estas opiniones me obligan a leer a Marias, a su padre le leí, le escuché en conferencias y me hartaba que repitiese tanto a Ortega, como si este fuese Aristóteles resucitado, no era un premio Nobel, y parece que a su hijo alguien le apoya. ¿En ambos casos es objetivo NYT? 
Nosotros los del Madrid, aún ganando buscamos mejorar, pocos duran, la mayoría se queman y como ya he repetido los entrenadores que me gustaron Miljanic, Capello, Mourinho, se fueron enfadados, un tanto frustrados. En esas cosas del verano, el modelo, y considerando que los jugadores son muy  buenos y caros antes de ficharlos nosotros, más de una vez pensé y ¿Monchi?
Claro que llegó lo de Roma, los melones pepinos, y es que allí, en mi ciudad, hablan italiano.

No hay comentarios:

Publicar un comentario