lunes, 22 de febrero de 2021

Radio.

La televisión marca la pauta en el mundo occidental que conozco, no digamos en USA. La radio en España es un elemento especial, específico, para mi entrañable, si fuese un demagogo diría del pueblo. Llevamos mucho tiempo influenciados por telediarios, la Sexta o TVE, las de la SER o la competencia, las vicisitudes de Antena3, la COPE, Mediapro, Movistar, Prisa, todos con un nombre u otro buscando la influencia. Se han dado una serie de circunstancias, confinamiento, pandemia, hartez, ordinariez, nivel bajo, Real Madrid en horas bajas, falta de estímulos, necesidad de una Viagra intelectual o de la otra, nivel de los políticos (arrastrado desde el principio de mis tiempos ... al menos), y que he leído un libro de biblioteca, me he introducido en la radio de antes que nunca he escuchado mucho. al igual que tampoco he visto mucho la televisión, pero es que el listón cultural de la televisión no es muy gratificante y hace tiempo que llegó al nivel de saturación. Y ha surgido la figura de Antonio Herrero que de pronto se fue en un accidente, todavía jóven para los márgenes de hoy, yo vivía en el extranjero, un hombre próximo, cariñoso, que siempre oía la radio, fumándose un pitillo, transistor a la oreja, nos dió la noticia invitándonos a comer en un chino muy caro. No sabía mucho de Herrero entonces, el hombre me parecía  un cowboy en High noon, convencido. honesto, valiente, honrado, no se ponía nervioso ya, no se casaba con nadie, dejó perplejos, solos, a los Garcia, Herrero, Jiménez Losantos de la época al final de ese siglo veinte. ¿De dónde salió? ¿se guardó su genética? ¿se enseña?

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