domingo, 7 de febrero de 2021

El sonido del metal.

Entre temores por lo del virus leí a un filósofo que hay más tiempo para pensar, dedicarse a otros cosas o conocerse a uno mismo, se atrevió a insinuar; es un hombre de edad, en su último tercio, como los toros en Las Ventas del Espíritu Santo, hoy vacías. Hablaba de una frase, "si la juventud supiese si la vejez pudiese" o algo similar, intentaba ponernos a cada uno en su sitio; en la vejez falta la fuerza en la juventud el conocimiento, quizá cuando aprendes no puedes con tu alma, aunque ahora se llega mejor, además con preferencia en eso de la vacunación, son muchos posibles votos. Todo esto viene a cuento por una película que acabo de ver The sound of metal, una recomendación, no es año de abundante buen cine, en mi opinión es una buena película. Existen los antecedentes de sus autores  escritores, director, amistades y una excelente actor como Riz Ahmed, británico, orígen pakistaní, con su curriculum, haciendo un gran acento, gran interpretación. Todo eso es bueno pero además hay un personaje, anciano, sordo, de la guerra de Vietnam, fenomenalmente interpretado, de esas cosas que llegan. se dedica a convencer a los sordos, de todas las edades, que no hay ningún problema por ser sordo, que el mundo está en nuestra cabeza. El protagonista, joven, músico, adicto a varias drogas, enamorado, no lo acepta, busca soluciones en la ciencia pura, adelantos tecnológicos, lucha consigo mismo, no descubro nada más a los posibles espectadores. Una historia muy positiva para todos aquellos que se ven sorprendidos por algo dramático que les hacer verse diferentes al resto.

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