martes, 11 de mayo de 2021

Olores.

Aquí en Queensland, Australia es otoño, la latitud en el hemisferio sur es más o menos como nuestra Las Palmas en el norte, ahora bien no es lo mismo, parecido si, olores distintos, los vientos suelen ser del sur SE y en verano giran al norte y pueden producirse ciclones con grandes olas que no llegan a producir tantos daños como en el Caribe. Ayer contemplé una demostración de poder, potencia, debe ser la inmensidad del océano Pacífico que todo lo controla con una gran inercia. La mar tiene cosas inigualables, cosas que sólo se ven ahí. Hoy he visto la fuerza otra vez, la Cruz del Sur hermosa, discreta, orientativa, necesaria en otros tiempos, por estribor se mostraba orgullosa, la fuerza no era la de Stars War sino la de la naturaleza. A muchas millas en pleno Pacífico se veía el centro de la tormenta, se respiraba el bochorno en la playa, el personal se ponía a hacer fotografías con sus teléfonos, sin mascarillas, creí que tardaría un poco, unas horas, en llegar la lluvia y el viento. Luego se van anticipando los acontecimientos, se mascaba la humedad, todo era cada vez más próximo, y llegó el agua, la lluvia inmensa, después de los cántaros olía a vegetación, selva, algo africano. Es una pena que no vivamos más de cara a la naturaleza.

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