miércoles, 2 de febrero de 2022

Calumnia que algo queda.

Los medios, la prensa escrita, redes sociales que son las tabernas de hoy en día, con menos gracia, el humano no se ha distinguido nunca por su rigurosidad, conocimientos, buenas intenciones ; ya en aquel lugar, posiblemente, entre el Tigris y el Eúfrates una serpiente anunció sigilosamente que el jefe no había informado bien sobre el árbol prohibido. El caso Sullivan contra el New York Times, en 1964 se resolvió sentenciando que una demanda por difamación debe probar mala fe o manifiesto desdén por la verdad; que desde entonces protege a los periodistas y los medios,en USA, de cualquier reclamación por parte de una figura pública. Gracias a este precedente, por áspera, desagradable o incómoda que resulte una información —o una opinión—, los personajes públicos deben aguantar el envite salvo que conste mala fe en los implicados. No es un tema cerrado, ahora Sarah Palin, del tea party, esperpento político, arremete en los tribunales contra ese mismo periódico por un asunto de hace diez años que el diario retiró inmediatamente, no se trata de los 420.000 $ que pide Madame Palin, que a lo mejor también, se trata de la primera enmienda.

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