Tres huevos, es lo que ofrece el coronel Erhardt a Mrs Tura para conseguir su amor, ¡ qué mujer !. Vuelta con To be or not to be de Lubitsch, seguramente una de mis películas favoritas, creo que es perfecta. Aunque me sepa las bromas, eso que llaman gags, de memoria me vuelvo a reir; hay personajes que no son los principales que en sus intervenciones son como una clase maestra llena de estilo, como Mrs. Tura, humor fino, sin ofender, incisivo, witty a más no poder. Hay que pensar en 1942 cuando se estrenó lo que ocurría en aquella Europa en aquel mundo. Desde luego Carol Lombard es maravillosa pero... y su marido Joseph Tura, el gran actor Joseph Tura que nadie conoce. Jack Benny lo bordó con ese estilo suyo que se disfrutó en radio, televisión o cine. Seguramente pocos se acuerdan de Benny, aquí en Hollywod más que en otros lugares, también habría que pensar en la edad de aquellos que todavía sonríen con él. Joseph Tura lleva los cuernos con una dignidad que sólo puede mostrar un actor dedicado al teatro. Su mujer elegante cuando deja entrar a su camerino al guapo piloto polaco utilizando el monólogo de Hamlet como señal no piensa precisamente en bombas o aviones sino en lo que puede hacer con ese aviador en dos minutos, hay que tener clase para escribir así sin ser Shakespeare. Cómo dice ella cuando le piden traicionar a su país ¿qué voy a hacer con mi conciencia? y el traidor responde sólo hay que convencerla o algo similar. Claro que al final cuando llegan a England, como Hess, Joseph Tura representa Hamlet en la tierra del bardo inmortal y entonces el que abandona el patio de butacas para ir con su señora en un Lieutenant de la RN, siempre hubo clases.
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