Balarrasa es un apodo de un persoanje, una película, ahora suena pasada muy pasada, probablemente representa algo que en el fondo existe todavía. Balarrasa es un bala perdida, es un joven decidido, valiente, de cierta nobleza que vive una guerra y luego acaba en Alaska de misionero, echao pa lante. Nunca entendí lo de Alaska porque hace mucho frío y sólo hay esquimales y osos polares. Me sucede como el descanso de los restos mortales. De Balarrasa nadie dice nada en su entierro.
Demetrio como broma, sacado de un sketch de Martes y Trece, hoy políticamente incorrecto, lo he utilizado con poca gracia a menudo para explicar como se habla de los vivos y de los muertos. Si recuerdan el sketch de Demetrio empiezan ponderando al personaje en su entierro y acaba el propio oficiante contando cómo era Demetrio, qué hizo y de paso achacándole cualquier cosa que pasaba por allí. Menos ser el toro que mató a Manolete.
Ambas historietas son ficciones. Quizá la solución es intentar comprender que no hay verdades absolutas, que todos tienen un punto de razón al menos, no juzgar, He estado a punto de escribir la palabra tolerancia o talante pero me he acordado de Rodríguez Z. y me ha entrado un escalofrío. No tengo perdón de Dios.¿ No podría descansar un poco?
No hay comentarios:
Publicar un comentario