domingo, 22 de septiembre de 2024

Pequeñeces.


Dos semanas sin publicar después de 11 años hasta me parece bonito. Lo que yo llamo una gimnasia diaria me ha dado no sólo la alegría del ejercicio intelectual, sino que varios amables lectores me han echado de menos. Eso si que es bonito. Incluso alguno me ha preguntado por mi salud que realmente no se qué tal es, porque cae gente más joven que yo, sin indicaciones previas y como siempre te sorprende.

Lubitsch es eso...Lubitsch, un director de cine, un artista, e hizo en 1943 Heaven can wait, donde se ve su touch, en eso que es sólo una película. Todo tiene clase, incluso el diablo que acierta en mandar abajo a la señora hipócrita nada más verla , oírla,y se concentra en el protagonista. Este piensa que va a ir también abajo aunque tiene su esperanza y pretende contar su historia, que le oigan. ¿no pretendemos todos justificarnos...al menos?. Desde luego es un tipo encantador.

Al estar un tanto aislado te llegan las noticias, tarde, Como en Heaven can wait. varios pasaron a mejor vida. Se fue el último de los Chorys, lo que alguien tituló cuatro gamberros sin maldad, pero con dinero, que alguno conocí. Habrá llegado a ese lugar donde saben todo lo que has hecho y como lo has hecho, no hará falta ocultar nada, todo se sabe. Simpáticos eran.

Por otro lado vuelvo a la tralla del lápiz y el escrito, incluso he tomado apuntes o bocetos de ideas en medio de las olas. La verdad es que viendo el océano, o el mar ese tan bello, con esos espacios de aguas enormes que en ocasiones son dulces, otras veces explotan entre viento y olas, te das cuenta de la pequeñez de uno mismo , sin ver esas bestias que en busca de alimento llegan a otras costas orientados por el cambio climático. Hay muchos temas en el  aire, muchas vueltas a lo mismo. esperemos imitar a Lubitsch, hacerlo con cierto toque.

 


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