Tranquilo paseo en una ciudad de provincias, en tu pueblo, campaña electoral, última semana. Me conozco bien esta capital gallega de la Rías Baixas, pequeña, lluviosa, de soportales y piedra.
Ayer ocurrió un incidente en una calle de Pontevedra; un individuo menor de edad que presume de antifascista, ( anti de algo que no hay mucho, la verdad) que es violento hasta en el fútbol y que no sé como andará de materia gris, aunque alguno hay de sus características y encima van al fútbol a gritar como energúmenos.
Además de ultra es independentista, supongo de la tendencia a que Galicia sea una nación en medio de la construcción Europea, o sea otro iluminado independiente en este siglo ¿Cómo andará de cultura?
Entre la despedida de Kobe Bryant que quiere atenuar para que no sea demasiado larga en la NBA o la venta del "Príncipe de Asturias", portaaviones ilusionante VSTOL de la Armada. ayer podría haber sido la de Rajoy.
Lo curioso es que los medios cuentan el hecho que acaba con unas gafas rotas, cierta hinchazón, el agredido dolorido y la reacción de normalidad y saber estar, en el todavía presidente; poco más.
Siempre digo que se observa algo de catetismo en las Españas, de falta de costumbre ante cierto tipo de acontecimientos, experiencia o conocimientos reales; nadie comenta que el del puñetazo podría haber utilizado otra arma como Al Swarengen en "Deadwood" o los mafiosos de Kansas en Fargo 2.
Cierto que se necesita destreza y sangre fría para cortarle a alguien la yugular o para acercarse a la distancia que ha alcanzado en la proximidad al presidente y dispararle a quemarropa.
Algo así pasó en el hotel Ambassador de LA con Bobby Kennedy; un calibre pequeño puede ser suficiente si el disparó llega a la cabeza.
Nadie lo comenta. No se si por carácter, ignorancia o por no saber que hacer; somos más de lamentarnos a posteriori.
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