sábado, 5 de diciembre de 2015

Los gajes del oficio hay que tomárselos con oficio.

Pasarlo mal, no es tan malo. Me refiero al equipo, a los jugadores no a la gente que sufre por cosas trascendentes y serias, hablo de fútbol.
Hay quien opina que los rivales amplios del Real Madrid están de enhorabuena. Mezclan todo cual Citizen Kane de poca categoría para cargarse al enemigo; no hay piedad esta vez creen que lo tienen cogido. 
Copian lo del annus horribilis de los Windsor con asuntos como signore Ancelotti que cuando estaba aquí era un blando-consentidor y ahora es un salvador; la despedida , por fin, de Casillas, porque hace años que no daba el nivel; el no fichaje de De Gea con un menosprecio total a Navas como pasó con D. López; el poco corriente asunto de Benzema, ya condenado de antemano; los resultados-juego adversos ( un exceso de lesiones) ; la alineación indebida de Cheryshev ya condenada también sin dar crédito al proceso, por escrito un tanto peculiar resuelto de antemano por la FEF, juez único palomo yo me lo guiso yo me lo como, poco amiga de esta cúpula; errores, sucesos poco habituales, cuestión de minutos, ataques desmesurados al entrenador y Pérez como objetivo real y auténtico. 
Hay munición de sobra contra la T4 de Padre Damián, oficinas de la presidencia, cual búsqueda de Alphonse Capone en el hotel Lexington de Chicago, todo el mundo sabía donde vivía. Tanta artillería que se mezclan los resultados en el campo con las acciones de ACS.
Al final se trata de crear el clima, la catarsis típica; romper para criticar al siguiente ¿Por qué? que diría aquel también expulsado.
Reconozco que sin ser agradable, me importa un bledo. 
Si son capaces de aguantar saldrán muy reforzados y lo digo ahora.Los jugadores tiene que mancharse de barro.
Hay una gran oportunidad de aprender, de los errores cometidos y conseguir ser-jugar como un equipo de fútbol; sin dar ventajas iniciales a los sucesivos rivales, que tratan de ganarte como sea.
Veo al equipo bien, con muchos obstáculos, luchando y sobre viviendo, me gusta el espíritu.

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