Lo confieso, no vi el programa de Bertín.

No se si somos un país de superficialidades o es que nuestras neuronas no dan para más; el caso es que no vi la entrevista a Rajoy; el mundo me hizo ver que me había perdido algo, como tampoco vi la de P. Sánchez, me he perdido dos acontecimientos.

Records de audiencia, no se que plusmarcas concretas se han batido ; deben ser a nivel nacional.

Hay columnistas de prestigio que opinan sobre el tema, entre la seriedad y la ironía, porque depende del partido que se vaya a votar ; lo ven como una ventaja otorgada por la televisión pública, un favorecer la imagen de los entrevistados, un partidismo del entrevistador o las comparaciones con el estilo sajón, que quieren decir los USA, donde lo fundamental es el sistema político creado a partir de 1776. Repito que, cuatro años ,cualquiera puede ser presidente y no pasa nada; el sistema lo digiere, ya sea Hillary o Trump, por poner ejemplos próximos cercanos.

Han pasado ambos recientemente por Saturday Night Life que supongo que aquí sería como ir al programa de J.Mota.

La última encuesta oficial antes de las elecciones está en la calle. Los debates y opiniones se suceden sobre lo que puede pasar el 21 de diciembre; los pactos y todavía los número pueden alterarse, esto no se ha cerrado

¿La gente cambia su voto por un programa de televisión? ¿Cómo se consolida un voto? ¿Qué se vota aquí? ¿Se vota por personas o partidos?

Me hubiese gustado saber la opinión de Jefferson o Montesquieu, preguntarles vía la eternidad, si han visto el programa. Dos hombre mundanos, a su estilo, políticos activos, amantes del buen escribir, pensadores y alguno con cierta experiencia en los asuntos públicos al más alto nivel, darían una opinión interesante.

Claro que también oigo a Celia Villalobos, más a mano, mientras se enroca en una discusión absurda con Iglesias que entra al trapo más que un Victorino;  nos da una lección de matemáticas y predicción política y pregunta si sabemos cuantos años tendrá el próximo presidente USA. Respuesta: 73, será H. Clinton y será el mejor. 

De pronto me desperté y la oí gritando ¡Manolo! ¿dónde coño estabas? a su fiel chofer , a la salida del garaje de las Cortes. Eso también lo han visto Montesquieu y Jefferson. Debe ser las lentejas que comí por la noche ¡Hillary!