Después del virus FIFA con todos los lesionados en nómina, el Madrid visitaba Heliopolis, flotaba la incógnita en el aire. Los cuatro empates, extraños, realidad, sintomáticos y diferentes necesitaban el contra punto de la victoria inapelable.
Sacamos un equipo lógico con Isco en el centro del campo, para darle una oportunidad como dicen los expertos, Kroos y Kovacic no podían descansar. Sigo creyendo que con cuatro centrocampistas seríamos muy seguros; con el 4-3-3 hay que correr casi todos.
Los locales estaban entusiasmados, lo intentaron, corrieron mucho detrás del balón y Joaquín quiso marcar las diferencias con Ruben Castro. Sin embargo nada salió conforme a su guión y Adán paró bien, menos mal.
Varane remató muy pronto a la red y dicen que así todo es más sencillo.
En efecto esto del fútbol es cosa de dos y sensaciones, por lo tanto no nos aventuremos sólo valoremos el 1-6, y el hecho que los jugadores no se dedicaron a vagar por el campo. El cuarto gol fue de manual, precioso tanto, contraataque coral.
Todos salieron lo que se dice enchufados, desde el comienzo, y eso ayuda. Isco marcó dos veces, su segundo excelente, y se reinsertó como futbolista con trabajo y esfuerzo, pero ante un rival como el Betis; habrá que esperar, porque no es centrocampista. Marcelo volvió y en ataque se nota al igual que muchas veces no recupera en sus frecuentes subidas y alguien debe hacerle muchas coberturas.
Los cambios permitieron participar a tipos como Lucas, Morata o Asensio que contribuyen. Benzema va a más y CR7 no acierta tanto como antes; las razones no las se, yo le veo mejor pero todavía sin ese punto suyo.
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