Los principales eran Wayne, Fonda y Stewart.
Los otros, los secundarios de Ford siempre despertaron mi admiración, cariño y respeto, sin saber quienes eran, sin entender lo que hacían. El buen Ford ( no quiero llamarle maestro, ni mito, ni leyenda, porque esos términos los utilizan demasiado para otros), que nunca hablaba de humildad, ni de arte, como esos entrenadores que hablan del mejor fútbol, los del marketing, le fue gustando lo de hacer cine.
Jack Ford hacía películas para pagar facturas y esa me parece una razón de peso. Claro que Ford era un hombre honesto, casi como sus héroes o secundarios que también mueren.
¿Quién recuerda a Ward Bond, Ken Curtis, Victor McLaglan o Woody Shade?
Si mencionas cualquiera de sus detalles de actor, humanos, en la pantalla brotan en el recuerdo de aquellos que les vieron, imborrables.
Hay otro secundario, que casi nadie recuerda, Jack Elam, con su ojo perdido y su barba sin afeitar, esas barbas de una semana que llevaban los cow boys, oliendo a vaca y sabiendo a polvo. Es el típico que dices dos o tres de sus apariciones y la gente se acuerda de su cara y grita:
¡Ese, claro !
En un OK Corral descafeinado, en Saint Louis, salieron a la palestra Hillary y Trump.
La señora de Clinton, lucía un traje de esos preparados para que salga más estilizada y no se le vean aquellos aspectos que no venden. Estoy seguro que no ocultaba ningún revolver como el Colt single action, porque pesa demasiado. Los dos candidatos frente a frente, a tope de asesoramiento, se concentraron y procuraron evitarse. No hubo nivel, en cuanto a la altura del debate, y llegó un momento en el que Trump mencionó que nombraría , si era elegido, un fiscal especial para que metiese a la señora Clinton en prisión.
Tímidamente Hillary contraatacó alegando que es muy bueno que nadie con el temperamento de Trump haga leyes en los USA. Trump sacó su revólver y acertó:
"Because you'll be in jail".
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