El almirante Kutznesov echa mucho humo por su chimenea en todas las fotos de su periplo, es un humo negro que es reflejo de la combustión que tiene lugar abajo, acapara las portadas y los noticieros .
Cuando la flota soviética del Mediterráneo fondeaba, navegaba, se aprovisionaba en bases de aliados en el Med, presumía de barcos nuevos, de copias de los occidentales, soñaban con un portaaviones operativo. Un poco armada de cartón piedra.
Los USA, con su sexta Flota, y con la NATO detrás, llevaban a cabo los " Power demonstration" de sus Carrier Battle Groups y estaba clara la diferencia de fuerzas, la tecnología y la superioridad.
Teoricamente era un Pacto de Varsovia contra la OTAN, era la Guerra Fría.
El verdadero peligro lo representaban los muchos soldados soviéticos (millones), los submarinos y el armamento nuclear.
Todo eso ha disminuido y este portaaviones que va a cumplir cincuenta castañas, sigue ahí con mucho humo y pocas aeronaves en su cubierta.
La capacidad real operativa de esta mole de bonito diseño en sus tiempos la desconozco.
Ahora bien se ocupan de él, porque además ha hecho escala en Ceuta y se supone que se dirige a la parte oriental del Mare Nostrum para intervenir (creo que poco) en el conflicto de Siria.
Para los nostálgicos es como un regreso al futuro, a desempolvar las novelas de Tom Clancy y alguna película de Bond, James Bond. Lo curioso es que parece una unidad muy vulnerable para intentar hacer algo serio y su sola presencia no impresiona.
El señor Putin pensará que algún rédito político hay que sacar del coste de esta unidad y su aviación embarcada; los pocos aviones volarán, los helicópteros también, pero ni Obama ni Hillary ( perdón secretary Clinton) ni Trump pedirán un briefing, tampoco The New York Times, están a otros asuntos.
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