Una puesta de sol en Doha. Un centro comercial con a/c en la calle, Las Galerias Lafayette, el lujo, unas construcciones que parecen el Foro romano de Cine citta en una película de Scott. En la Roma clásica había sabios, estilo y fontaneros.
Plumbers. Los fontaneros en la vida de la gente corriente son necesarios siempre, en política más. Resuelven cosas en la sombra. Creo que Ábalos se calificaba a si mismo con este termino. A lo mejor es como Ford que solía decir hago westerns o cuento historias.
Yo lo de la fontanería lo asociaba a los tiempos de Nixon, Watergate y All the presidente men. Siempre cuento la humillación ante una ciudadana alemana cuando vi esa película de Alan Pakula que le dije que no entendía. Corría 1976. La teutona inteligente y rubia como Kroos me contestó sin inmutarse que era una cuestión de fair play que no estaba preparado, que no estábamos preparados. Fue un golpe bajo. No lo entendía bien o Nixon me había engañado o no sabía que lo de aquel hotel en Washington representaba la punta de un iceberg. Como se sabe el presi Nixon cogió el Marine one desde el jardín de white house para no volver jamás.
En España tienen menos glamour. No sólo tienen poco glamour sino que el fontanero perfecto del gobierno desde años es un mezcla entre un seminarista/portero de discoteca/obispo moderno/medio matones/hortera de playa. Lo curioso es como las fotopias del clero se han introducido acompañados de otra modalidad. El PSOE, la izquierda, no es un partido clerical históricamente por ello me choca la presencia de ese político ofendido porque le critican que parece que no ha matado ni una mosca. Los tiempos son los tiempos y las fontaneras proliferan con otro talante. Las fontaneras lucen bolsos de lujos, no van a Zara.
Confieso que ya echo de menos a don Mariano Ozores como siempre a doña Eulalia Soldevilla. No se que película hubiese pensado don Mariano.
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