miércoles, 27 de septiembre de 2017

Entre los Rolling Stones, el PSG y los excesos, el pueblo no reacciona.

La época del bachillerato, secundaria o esa edad maravillosa, con este grupo de Cataluña, se ha convertido en exhibición de banderas independentistas.
El lavado de cerebro consumado. Una auténtica pena.
Es curioso el fenómeno que contemplamos lleno de trampas para el gobierno central que da pasos en un campo de minas.
Ahora se utiliza a los niños y como diría Pedro Sánchez o niñas.  
Lo curioso son las posiciones de muchos que hablan de la ilegalidad, las contradicciones ideológicas entre los distintos grupos, sólo unidos contra todo lo que no sea independencia; la manipulación desde hace muchos años, las mentiras sobre la Historia, el uso repetitivo del reproche, la falsificación, el Estado de Derecho, el Derecho Internacional, o la cara de Puigdemont, Forcadell & Cia, que cuando hablan de eso que llaman nación catalana es siempre y cuando aceptes sus reglas e interpretación. 
Es tanto el rostro impenetrable y pétreo, que eso que se llama totalitarismo lo bautizan como democracia. 
Los que opinan, no obstante poseer tantos argumentos, no se mojan cuando un señor de gafas declara su desobediencia a la Ley. No se atreven a definirlo como es.
Ahí nadie se moja, que se moje el gobierno, que es desagradable.
No tenemos los políticos que merece la situación, no están educados y el pueblo, el resto de España, parece que está viendo una final de Copa con pitos al himno, cabreada, molesta, incómoda, pero es sólo fútbol. 
Y vean señoras ( y señores) de Puigdemont/Forcadell/Directivos del FC Barcelona que también existe el PSG, los Stones siempre. 
No se puede jugar con los niños, son inocentes y luego se paga. 

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