jueves, 5 de septiembre de 2019

Cantiflas eterno.

Un jardinero mexicano de 55 años, en unos estudios de cine de Hollywood, me ha contado su vida, brevemente. 
Se dirigió una vez a un alto ejecutivo que mide 6' 3" y le dijo que querría ser alto como él. El alto ejecutivo le replicó que no sabía lo que pedía, que luego vienen los dolores de espalda, articulaciones, que no cabes en nigun sitio, pero comprendía que siempre queremos lo que no poseemos.
Este mexicano lleva más de 30 viviendo en USA. Nació en Ciudad de México, enorme urbe, quería ser científico, matemático sobre todo. Sus padres le abandonaron, su progenitor se movió al otro lado del río Grande. Se crió de chamaco con una abuela y un hermano, ambos fallecieron seguidos cuando el tenía 16 años. Se vino con su padre a probar el sueño americano, entonces antes de cumplir 18 le daban facilidades. No le gustó. Volvió a Mexico porque necesitaba una mujer. Se aproximó a una chica de su edad que conocía del barrio, le habló de como eran los padres y hermanos de ella. La chica se quedó prendada y sorprendida por las cosas que sabía sin ella sospecharlo. Se casaron, se cambiaron al sueño de USA. Aquí siguen. El jardinero mexicano  dejó IBM, los estudios, otros trabajos más intelectuales porque necesitaba actividad diaria, llegar cansado a casa por las noches. Enseño matemáticas a sus hijas, ahora quiere vivir lo máximo posible para ver crecer a su hija pequeña de 13 años.

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