lunes, 2 de septiembre de 2019

Regreso a Disneyland.

Volvemos al mundo de Disney, cada vez me convenzo que todo es un negocio, donde lo importante es hacer dinero, luego se le contará al respetable ciudadano la historia decuada.
Hay una "atracción" a la entrada de Disneyland, a la derecha, que menciona los sueños del patriarca, el banco de Griffith park donde pensó por primera vez en un parque, el sueño americano en su breve trayectoria, Lincoln como el presidente casi perfecto, las ideas de este hombre, y me pregunto cuando queda de eso que tanto se repite y tanto se menciona, probablemente, a la gran cantidad de personal contratado para rendir. La entrada no es barata, 150$, una Coke 5$, y comer palomitas se paga. Las tiendas tientas con todo tipo de mercancías, al final picas. No se cuanto se gasta el personal individualmente, supongo que muchos hacen un gran esfuerzo, a los niños se les abren los ojos en cada tienda, los padres luchan contra si mismos y el consumo. Se ve a muchao hispano, centroamericano, establecido en California que lleva a sus hijos en demanda de ese sueño americano. Según Disney es un lugar para hacer feliz a la gente, quizá se lo creía. No creo que los visitantes sean más felices o menos, lo de ser feliz es mucho más sencillo o complicado.

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