sábado, 28 de septiembre de 2019

Fué un placer tocar música con todos ustedes.


Quizá no tenga mucho que ver la música de un cuarteto de cuerda con la decadencia del Imperio Británico, sin embargo yo las asocio. Las composiciones para cuerda me gustan, me introducen en un mundo pasado, que tuvo sus lueces y sombras como el nuestro y que me recuerdan a la orquesta del RMS Titanic, la noche de la tragedia. Se vieron en una situación peliaguda, su obligación tocar, su instinto salvarse, el líder se da cuenta, decide excusarles de sus obligaciones, ya nadie escucha, se despide de ellos. Mientras los oficiales intentando controlar la incontrolada situación. El gesto, de ser cierta, de la orquesta es hermoso, te enfrenta a la muerte física con determinación, entereza, hasta grandeza de ánimo, un cierto sentido del humor. La muerte, si te ve sonrindo, se queda muy frustada.

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