domingo, 24 de octubre de 2021

Metro, experiencia vital.

Aquí en LA el coche ha sido, y es, el gran protagonista de la vida diaria. Hoy he cogido dos líneas de metro, tres estaciones de metro, profundo, gran calidad de construcción, anti terremotos, piedra dura escavada, distancias enormes entre estaciones, luego el tren/metro eléctrico,  casi siempre en superficie, hasta el oeste, la mar, Santa Monica, precio 1,75 $, nada caro, 18 estaciones, el Staples center al principio., museos, universidades. Nadie viaja con corbata no es Londres ni NY, los hay mal educados en sus formas, la gente pasa, el viajero quiere que acabe el largo trayecto, En el subterráneo se podría rodar una película del próximo Halloween, suciedad, porquería, tres probablemente perturbados mentales en mi vagón, cantando solos, recitando, tres personas tiradas en el suelo, dormitando, olores profundos, resto de comidas, un hombre amable que quería ayudar en medio de la situación. En la parte de superficie creo que había una sola mujer de raza caucásica como dicen por aquí, en el supuesto plano masculino otra suponiendo que yo lo sea, el resto afroamericanos, orientales, hispanos (los que más alto hablaban); el altavoz no para, instrucciones constantes, en las paradas, en marcha, seguridad, covid, si oyes, ves algo, haz algo, todo lo que no se puede hacer bajo multa, lo orgulloso que te debes sentir de viajar en este metro, bicicletas enormes, un minusváldo que hace valer los derechos de asiento ante otro con voz profunda. Antes el panorama era en horario nocturno ahora es diurno también.

No hay comentarios:

Publicar un comentario