En la película "Esencia de mujer," el Oscar de Pacino, el teniente coronel ciego, alcohólico, héroe, cuando pide bourbon a su joven acompañante, pide un "John Daniels'. Este le corrige y le aclara que es "Jack Daniels" con sonrisa socarrona que capta el invidente. El militar ciego, impasible le reprocha que él mismo le llama John y ese muchachito que no bebe, ni le conoce, se atreve a llamarle Jack, una broma del guionista. Don Francisco Gento, vivía junto a su óptica muy cerca de mi casa. Una vez, a través del ciego de la ONCE, Mariano, le pedí una foto para un almirante griego, otra para su hermano, muy madridistas después de Olimpiakos. Se lo agradecí, le recordé alguna de las muchas historias de Chamartín de mi niñez. Al poco murió don Alfredo, fue lo de Lisboa. Pensé, estuve tentado de preguntárle si me permitiría escucharle sus recuerdos, durante el café matutino y luego escribir a mi aire, le veía tomar café en sitios alrededor de Chamartín, leyendo el Marca o As que le daban los camareros. Quizá no fue mi ídolo, como futbolista había otros, luego capitán eterno hasta lo de Bruxelles en el relevo yéyé y más allá. Una vez, es mi primer recuerdo había mucha nieve retirada en Chamartín, como siempre con mi padre en Lateral Baja, Don Francisco pasaba frío por nuestra banda, se quitaba el hielo de las botas negras. se movía constantemente, una señora me permitió taparme con su manta. Mi padre comentaba que cuando llegó se dejaba la pelota atrás, Di Stéfano aconsejó, Rial le enseñó como iniciar la carrera con el pase preciso, luego a Puskas le oí gritar muchas veces Paco para que saliese veloz, claro que ellos si se conocían.
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