No se trata del Dioni y su golpe maestro, su huida a Brasil, ni ese mirarse en el espejo y decir que tío. Se trata de Sean Connery, escocés, golfista, hombre irresistible, que no le importa ponerse esas botas de mosquetero, el bañador casi a lo Borat, la pistola reglamentaria inglesas, ese pelo en el pecho, esa coleta, lo que hay que hacer si uno es un comediante o quiere poseer una casa en Marbella, precisamente para jugar al golf. Ya no podemos hacer una entrevista a Sean, no se lo que pensaría de su época o la preferencia de haber nacido hoy, en el UK de hoy, antes o después del Brexit, supongo que se hubiese adaptado., como todos los animales. En estos días a la protagonista de Golfinder no le hubiesen puesto de nombre Pussy Galore que vayan al diccionario y comprueben lo que significa, porque en España no se tradujo; Ian fleming era un hombre de sus tiempos, eso si era una magnífica piloto y sus chicas del escuadrón también, exigente, cayó con Bond como lo podría haber hecho cualquiera. Si hubiese sido don Alfredo Landa no se si se los hubiese puesto, a lo mejor unos calzonazos Meyba como Fraga en Palomares y Laly Soldevilla hubiese estado muy digna, todos un poco víctimas de nuestro tiempo, como nosotros mismos.
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