Ganando barlovento.

Apasionante Historia la de España, para releeerla, vivirla, desde los Iberos/Celtas, Fenicios/Griegos/Cartagineses/Romanos, pasando por Visigodos/Musulmanes/Reconquista/España/Imperio, y .... siempre con la situación geográfica en un papel clave, determinante, que despertaba mucho interés; un poco paraiso entre dos mares que decía un sagaz almirante que conocí. España siempre con sus costas, puertos, santuarios, playas, bahías naturales, rías, ríos navegables, control del estratégico estrecho de cuyo nombre no consigo acordarme. Archipiélagos con codiciados tenederos en el Mediterráneo y las logísticas Canarias. todo eso es cierto, está en las cartas de navegar; también lo es que está casi todo dicho sobre la mirada histórica a la mar del españolito medio. Lo que quiero sacar a colación es que llevo una temporada, digamos meses, que jóvenes, pongamos menores de 25 castañas, españoles, me ponderan al oficial de Marina, al marino de Guerra. Desconocen el tema.  No mencionan  Lepanto y su glorioso testigo manco, ni a don Álvaro glosado por Lope; o don Blas vuelto a la palestra, ni a los héroes de Trafalgar con sus casacas y bicornios, ni a los oceanógrafos, descubridores, cartógrafos o ilustres navegantes, no conocían el nombre de don Cosme o don Dionisio, ni se trataba de una película de moda o libro del académico Reverte o el Dúo Dinámico, simplemente admiraban a los Oficiales de la Armada. Decían que un oficial del Cuerpo General de la Armada era un tipo cool, inteligente, educado, diferente a los otros militares, que sabía estar, de sentimientos nobles, sacrificado, servidor honesto, abnegado, de aquellos en los cuales realmente se puede confiar. En mi turno les habló de la muy antigua y gloriosa Infantería de Marina también, de otros Cuerpos con el mismo orígen académico, principios. Siento no poder transmitírselo a todos los Oficiales de la Armada porque puede que haya mucho español que así piense, es bonito, y a lo mejor hay algo de cierto y no se dan cuenta.