Del turismo entre influencers y wifi.

El turismo es un gran invento. La película es de 1968, de Pedro Lazaga. Seguramente no está en la historia del cine, aunque tuvo su éxito popular y nunca he llegado a verla completa. Confieso que don Paco Martínez Soria no me hacía mucha gracia, ya he dicho que soy de don Mariano & Cía. El ministro era don Manuel el de Palomares en Meyba. En ese año eliminados por el United de la copa de Europa yo de testigo, España petaba, su sol, playas, arroz llamado paella, sangría dura y españoles simpáticos. Ya se que en Paris el mayo era francés pero también en España se iba sin sujetador, yo el primero. De mi Ibiza desconocida a la de hoy hay un mundo.

Ha llegado la jet, los yates, los artistas de Hollywood, los chiringuitos de clavo, mismas calas, misma arena, mejores hamacas donde no había. Y las influencers o ex concursante de tele. No se que haría yo sin una buena influencer a tiempo. Siento un regocijo interno por no ser de redes sociales. Sé que te entran dudas. Piensas que no eres social, debes resistir como el Dúo Dinámico. No tienes pruebas de aquellos veraneos.

Seguimos explotando la mina del turismo mientras porque es necesario porque el ser humano trabaja mucho, no para, necesita hacer turismo para descansar aunque llegue el mes de agosto y no se pueda caminar por London, Paris o Roma, no se pueda meter el pie en el agua. Eso si hacemos fotos que mandamos inmediatamente porque tenemos wifi. ¿ qué sería yo sin wifi?. La mochila, el artilugio para estabilizar el cuello en un avión, la maleta de mano, supongo que un par de mudas y el móvil, sin móvil me hundo. Una persona que no veranee es un panorama funesto casi como una beca Erasmo. Un joven de redes, con una edad ya muy alta, que va a vivir mucho, es un ser vivo que nace, se reproduce, veranea y muere pero con más años.