De Pedro el Inconsistente perdedor a Pedro el mío Cid ganador de los que queden.

Pedro y Pablo, no son apóstoles, son los supuestos líderes de dos partidos políticos o conglomerados; ocupan el llamado voto de la izquierda que luego lleva muchos sinónimos que no se acomodan al diccionario ni a la realidad.

Los dos en su Laberinto. Los dos van a solucionar nuestros problemas, no se si juntos o por separado.

Escribíamos ayer sobre el Partido Socialista y sus bases; votando, han elegido Secretario General a Pedro Sánchez llamado el Breve por sus compañeros-rivales de partido; se hablará, se escribirá mucho sobre este hecho. 

Lo realmente interesante es qué va a hacer porque lo que dice no lo entienden ni los compañeros ni las compañeras.

Dicen que ha aprendido de sus errores y derrotas, de como los del Comité le pusieron de patitas en la calle, dicen que las bases no perdonan que Rajoy siga gobernando, se habla de los escándalos de corrupción en el PP como el líquido que se vierte descuidadamente en el vaso, más que la gota que lo colma. Son motivos legítimos, pero encierran mucho de demagogia y palabrería, porque luego para ser oposición real o para gobernar hay que tener algo más que presunta digna indignación.

Hay en el ambiente varios peligros y el panorama que rodea a España, en otros países, invita a la imitación típica de la política. Este fantasma acecha al PSOE y supongo que regocija a los de Podemos para recoger lo que se quede en el camino y llevar a cabo la revolución bolivariana.

Ha salido un libro de una periodista de A3 Rajoy; comenta que "comer con Pedro Sánchez es como comer con un marciano" y un alto dirigente dice "que es tóxico"; con Pablo Iglesias, el de los gentiles hombres y mujeres, votantes y votantas, intelectuales/salvadores/progresistas/demócratas, tampoco tiene feeling según este libro ¿Entonces como se entenderán ...?

¿Cómo el barón Von Frankenstein y Frau Blucher a la que temían los caballos en la versión de Mel Brooks? o ¿Cómo Marilyn Monroe y Tony Curtis en la de Billy Wilder?

Nosotros me da que somos más de don Luis García Berlanga.