Después de la tempestad, sobre la remota posibilidad de Le Pen, llega la calma tensa de la indefinición política y el momento de la verdad.
Es todo un tanto raro y esto no quiere decir que sea malo, puede ser, simplemente, poco habitual.
Los presidentes de la V República han tenido todos una vida extra matrimonial digamos que intensa; en Paris todo el mundo sabía quién era la amante "actual" del presidente, es muy francés. Lo que pensasen ellas, "la oficial", es otra historia, lo llevaban con dignidad, por la república. El poder, la responsabilidad, llevaba consigo relajarse lejos de la parienta, que además envejecía y daba la lata. O sea el comportamiento del hombre medio con dinero y poder.
Ahora el presidente que llega no tiene amantes.
Como en una película de Truffaut la cosa empezó en el colegio y aquel que ha tenido la fortuna de una profesora guapa, con estilo, chic, culta, inteligente, a los quince años,...pues se ha enamorado de ella. En las Españas no había tantas oportunidades y se soñaba en el cine o leyendo novelas...de franceses.
Una mujer a sus 39 años puede ser fascinante para un chico de 15. Lo raro es volver y más extraño todavía continuar felizmente.
Si los petit hotels, o las buhardillas, de Paris hablasen, contarían muchas historias de amor, normalmente de jóvenes entre ellos, viejos que no se rinden o madames en busca del tiempo que no se recupera. En este caso, lo interesante es que será El Eliseo el lugar de las confidencias.
Los del servicio de seguridad no tendrán que preocuparse sobre el paradero del presidente (una cosa menos) que no necesitará un coche camuflado ni una moto Vespa con su casco, por las multas y el anonimato.
La condición humana, en este caso, hace que las mujeres muevan la cabeza con escepticismo y los hombres, nostálgicos, cierren los ojos, por un momento, y se embelesen en sus recuerdos o fantasías. Casi nada es lo que parece o si.
No hay comentarios:
Publicar un comentario