Aprobados, notas y diplomas.

Grupo de individuos curiosos estos de la marca hispana, muchos siglos muchas aventuras a cuestas y un carácter que ha ido diluyéndose , aún me pregunto como somos, no como eramos porque no estaba allí. En las circunstancias actuales, con el margen de error asumible en toda información o la intención de engañar en la desinformación o manipular en cualquier caso, leo que las dos carteras, ministros, más valoradas por mis compatriotas son Sanidad y Economía, me extrañó que la de Defensa,  no sé porqué pero pensé que el pueblo la valoraba sin que para mi hubiese hecho nada destacable, no figurase, pensé que la dimisión reciente del Jemad habría pesado. Es curioso porque la economía no va precisamente muy bien y el responsable de Sanidad, tema constante por ese virus, se fuga a Cataluña para teóricamente potenciar las posibilidades del PSC en las elecciones allá. ¿Me preguntó cuánto pesa la eficacia en las respetables opiniones? Está bien que el personal goce de buenas formas, que engatusen, mientan y no se les reproche, oculten información, sean falsos optimistas, animen al personal, pero ¿es de sociedad madura valorar por unas impresiones superficiales? Cierto que en las encuestas, sean o no las del CIS, manipuladas o intencionadas, no aprueba nadie, es muy complicado lo de las cifras que aparecen, sólo te quedas con la impresión que unos y unas están en los últimos lugares, el presidente de turno sobrevive en su felicidad de haberse conocido, y el pueblo, ese pueblo, en su momento hubiese votado a Casillas, ahora a Simeone o Messi si pudiesen acceder a esas puestos donde casi ninguno de los escasos que valen quieren aspirar. Eso si están al servicio de España, del país genérico. Son opiniones, pero el actual presidente si tiene algo en cuenta es eso de la opinión.