Filomena, la Guardia Civil como siempre.

Filomena es, fué, una baja, borrasca, muy activa, que ha descargado sobre gran parte de la península, sobre todo en mi pueblo y alrededores. En Viena, muy bonita, blanca, estaba de viaje de novios, así se denominaba, mes de febrero, había más nieve que hoy en Madrid, no íbamos preparados, en un paseo vimos una agencia de viajes que ponía Iberia, en aquellos tiempos era como decir casa. Entramos a preguntar si el vuelo de IB a Madrid operaría, saldría con aquella situación, la antipática austriaca nos respondió que Viena, su aeropuerto no era uno de España, yo soñaba con volar aviones y no respondí. Después llegó la Transición, Europa, NATO, relevo de monarca, gobierno de progreso, no progresamos. Ayer una amiga nos ha dicho que se quedó en la M-30 muchas horas, sin necesidad, sin sentido común en su trayecto, sin escuchar, se bajaron, explicaron al eficaz guardia civil que tenían una emergencia, el número, santo varón, respondió que les abriría paso, que se pusiesen las cadenas, la señora, con sus tacones, le contestó que ella no llevaba cadenas. He salido a verificar la situación, mucha altura de nieve en mis piernas calculo unos 40 cms, un señor mayor don... tiraba nieve abajo con un coordinador para no matar a nadie. Un matrimonio octogenario, él con taca taca, pretendían salir del portal; se les indaga sobre si han visto que no hay acera, mucha nieve, hielo, aquel buen hombre contesta que va a casa de su hijo que vive cerca. No estoy hablando del gobierno si de ciudadanos normales y corrientes donde el sentido común brilla por su ausencia como en el ejecutivo. Somos así. Regresé de contemplar el ambiente, algún vehículo, niñas y niños jugando con la nieve. En lo que antes era un paso de cebra, ahora un medio hueco de 30 cms una señora se paseaba con sus botas también de tacones o era señorita, yo que sé. A las once de la noche un quitanieves del Ejército de Tierra.