miércoles, 11 de mayo de 2016

Lo imprevisto, lo de siempre.

Ni el dia ni la hora.
De pronto llega sin anunciar, aunque a veces todo esta previsto y los que saben de esto no se alteran. La sorpresa salta en cualquier momento, cualquier rincon.
A muchas millas de distancia tambien sorprende, aqui en California, donde amanece nublado y luego despeja.
Por medio de los rapidos y eficaces medios de comunicacion actuales alguien te lo comunica, a su estilo, con sus dudas y temores; tambien detectas la sorpresa, casi estupefacion.
Como en un relampago la breve pelicula de una existencia aparece. Hablas del pasado lo que fue, comportamientos, sensaciones, interpretaciones y tiempo perdido.
Es tarde, inutil, ya no hay tiempo que recuperar, lo hecho hecho esta.
Bueno, pues a pesar del mal trago, la angustia, la pena y el dolor, hay momentos de lucidez, sabiduria de los seres humanos que encuentran en la palabra la expresion de los sentimientos mas profundos, de la verdad, nuestra verdad.
Rescatan el consuelo y la paz del alma.
El cuerpo empieza a alterarse por las consecuencias de la muerte. Las reacciones quimicas se aceleran y las explicaciones cientificas se cumplen.
Un cuerpo sin vida es solo un cuerpo inerte, donde las facciones se alteran hasta la desaparicion.
Lo del alma es otra cuestion a la que deberiamos dedicar mas tiempo.

1 comentario:

  1. A mi también me conmueve bastante la muerte de personas queridas, allegadas, conocidas, por muy esperadas que sean.
    Lo que siempre me conduce a una reflexión es sí lo siento por la propia persona desaparecida o por lo que a mi me afecta como alguien de mi vida o por que es una aviso del futuro que me espera.

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