martes, 31 de mayo de 2016

Los ojos cerrados.

Fue frente a las costas de Libia, como podria haber sido en otros puntos. La vida se va, no vuelve y la sensacion es de zozobra, conmocion y necesidad de agarrarse a una tabla que no se hunda nunca, que te lleve a tierra firme, te salve.
Para contemplar o simplemente captar por un breve momento una fotografia se necesita la facultad, el sentido, de la vista. 
No quiere esto decir que todos los que miremos una foto en un periodico veamos lo que esa instantanea expresa. La fotografia es un arte.
En un barco, en ese Medirerraneo de tantas historias, un miembro de un equipo de rescate en la mar, sujeta a un bebe, para que su vision llegue al mundo, con los labios morados, el cuerpo desnudo, los ojitos cerrados. Se trata de hacer reaccionar a la gente, despertar sus mejores intenciones, pocas cosas hay tan absurdas e incomprensibles como la perdida de un bebe sano.
Una personita sin oportunidades de vivir, sin tiempo ni recuerdos, que no esta dormida, como deben estar todos los bebes del mundo durante horas para coger energias, recuperarse y volver a jugar.
Y parecia descansar en la infinita paz del bebe dormido, sin pesadillas.
Desconozco lo que siente una persona invidente. En ocasiones me he tapado hasta la obscuridad absoluta de forma momentanea, en un estupido juego. Aun asi es diferente a la persona que nunca ha visto ninguna luz, siempre en la obscuridad desde el nacimiento.
No pueden ver la foto y hay que explicarsela, necesitan que se les explique y las palabras no llegan.
No ven la cara del bebe que no esta dormido, pero lo parece, que no se despertara.

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