sábado, 14 de enero de 2017

A vueltas con la Giralda y el gracejo.

Hace más de once años, Sergio Ramos, promesa del fútbol, fichó por el Madrid, cosa normal en cualquier jugador con verdadera proyección. Vino, vio y triunfó en Chamartín. Es de los que lo han ganado todo. Se declaró siempre sevillista hasta la muerte. 
No obstante en cada partido jugado en Nervión, no ha parado de insultarle una parte del campo, los llamados ultras del equipo, que destacan por su educado lenguaje y expresiones correctas, muy apropiadas, con mucha gracia. 
No se bien lo que tienen contra el jugador, porque además su familia sigue aferrada a sus orígenes.
No estoy en Sevilla, supongo que se discute sobre lo de Sergio Ramos el jueves y espero que sin exagerar; comprendo que quieran ganar, estén ilusionados y todo eso, pero el rival también juega.
He opinado muchas veces sobre Ramos, sus virtudes - fuerza, compromiso, clase, remate de cabeza, versatilidad, corazón, capacidad física- y sus defectos- distracciones, exceso de confianza, no haber aprendido mejor en estos años en el Madrid-, sin embargo esta vez no ha hecho nada de eso.
Bueno si, no estaba haciendo un buen partido porque no está bien físicamente- a él se le nota mucho y más en un partido exigido- cuando ocurrió el penalty y lo tiro como le dio la gana, porque está en su derecho y marcó gol, total era un 3-2, nada solucionaba.
Entonces hizo un gesto, innecesaro e inútil, que se podría haber ahorrado, pero que no implica ninguna ordinariez, ni gesto obsceno, ni insulto, ni gritos ni nada. Se señaló su número, como Raúl y otros, y pidío perdón a 3 de los 4 lados del cuadrilátero del estadio.
Esa es la realidad. No debió hacerlo, pero debo defenderlo por justicia. No puede servir la nube levantada para ocultar que en ese estadio se deja entrar, y manifestarse contra las reglas, a un grupo numeroso de individuos que ya han sido desterrados de otros campos. Hay falta de valor y determinación, lo que tuvo Ramos al lanzar le penalty contra ellos.
El Madrid le eligió y él dijo si, eso no se lo han perdonado, por lo visto otras opciones si hubiesen sido indultadas. Curioso, el origen es el odio anti madridista; lógico por otra parte, somos el enemigo a batir.

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