domingo, 8 de enero de 2017

Coliseo romano IX, el Granada.

Hay días que no hay mucho que decir, no se pueden criticar los defectos porque no han sido relevantes y los aciertos son evidentes, individual y globalmente. 
Después de Reyes, hacía sol en Chamartín, juegan unos en lugar de otros y poco cambia. 
Le entrega Gento a CR7 su balón de oro y allí se exponen al público Kopa, Figo, Ronaldo, Owen y Zidane - que se le ve un poco pensando en sus preocupaciones inmediatas-, además de otros simpáticas felicitaciones por las pantallas. 
Mañana de festejos que continúan en el césped, en cuanto comienza el partido.
Un partido de fútbol lo juegan dos equipos y en ocasiones las diferencias son muy evidentes y el teoricamente superior no hace concesiones. 
Del Granada poco puedo decir, porque prácticamente no ofrecieron resistencia; no se si no podían o es que el Madrid es tan superior. Supongo que llegaran vacas flacas y hay que estar preparado.
Se acabó 5-0.
Vi que marcó Isco dos veces, hubo cuatro cambios respecto al miércoles, salidas de Asensio, James y hasta Coentrao para reemplazar, con el partido resuelto, a otros compañeros, pero lo bueno es la frescura.
El Madrid se mantiene en un buen nivel de circulación, movimientos, desmarques, hasta presión en campo contrario, se les ve muy superiores y jugando como equipo. Claro está que unos destacan más que otros en partidos así, como Modric, Marcelo (sin agobios en defensa) o Casemiro, que son parte de la columna vertebral.
Llega el Sevilla de nuevo, dos veces en su estadio en cuatro días, Copa y Liga, partidos distintos de este y a la vez importantes.
¿Cómo controlar la euforia y la buena forma en el mes de enero?

No hay comentarios:

Publicar un comentario