lunes, 16 de enero de 2017

Un perro sabio.

Peter, Paul & Mary, "leaving on a jet plane", y la historia de las maletas hechas, la tristeza, el desarraigo y no saber cuando vas a volver, todos esos sentimientos se agolpan en la T4, de Madrid.
Un avión con muchos estudiantes que se van al área de Chicago, españoles privilegiados.
Unos progenitores capaces de pagar esas cantidades tan elevadas y alguno que a lo mejor es un fenómeno reconocido. Se les ve con soltura, ya casi en su último año.
Son gente acostumbrada a los aeropuertos, sacados de The Big Bang theory, con menos edad que los actores.
Lo que más me llamó la atención fue un pastor alemán, grande, un perro lazarillo con su amo y un comportamiento excepcional en business class, un perro maravilloso, que al principio estaba un poco inquieto. Nunca había visto a nadie, no humano, comportarse tan estupendamente durante 9 horas de vuelo.
El dueño del perro no le iba mucho por detrás, se comportaba como si viese todo mucho mejor que el resto de nosotros que se supone vemos las cosas con claridad. 
De esto no estoy tan seguro.
Siempre he admirado a esas personas que no solo se sobreponen a los obstáculos de la vida sino que aprovechan esas circunstancias adversas para salir reforzados. Felicité al dueño seguramente acostumbrado a los halagos merecidos del animal.
Pasé los controles de inmigración con la foto de Obama sonriente, poco le queda. Gracias al wifi de O'Hare pude conectar con el mundo y averiguar que el Madrid perdió su imbatibilidad en Sevilla, ya somos como los demás.
No opinaré porque ni vi el partido, supongo que los sevillistas y anti madridistas del mundo felices, pensando que al fin todo ha acabado bien, los malos han perdido, por fin se ha hecho justicia.
Nosotros espero que no nos distraigamos, a lo nuestro.

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