miércoles, 28 de junio de 2017

De lo que veas, ni la mitad te creas.

Es muy frecuente detectar manifestaciones que nos sorprenden en aquello que se escribe, o nos cuentan, en aquello que se lee. En los medios, donde la política es de atención primaria es raro encontrar cierto equilibrio o imparcialidad. En ocasiones, muchas ocasiones, hay manipulación profesional interesada, en otras es simplemente otro punto de vista.
Lo cierto es que impacta el foco de atención de muchas personas y la alteración de lo que es mi realidad como si estuviésemos contemplando hechos distintos en su naturaleza.
Hay una frase a la cual recurro con frecuencia: "Así se escribe la Historia". Lo utilizo cuando me están contando una realidad muy distinta a la que yo he visto.
Cuando disfrutaba con los comics de "Asterix y Obelix" me hacían sonreír muchas frases, como las bromas sobre el divino Julio César, un personaje que siempre me ha atraído. César, estadista, personaje relevante, referencia, era muy de frases; escribió la Guerra de las Galias y gustaba que se le recordase imperial siempre. No estoy seguro si dijo lo de "Alea jacta est", pero fue oído antes del Rubicón.
No tenemos imágenes, contamos con el trabajo de historiadores contemporáneos de los personajes e investigadores, estudiosos con metodologías variadas, que indagan para, con mayor o menor acierto, aproximarse a la verdad.
Hay en internet unos segundos de video de una leona, grande, adulta, con una cría de antílope, que casi no anda; no parece que vaya a obtener mucha carne de ese bocado. Lo anuncian como que el felino cuida de ella. No se como acaba el incidente. Atraen la atención con un título para que veas algo llamativo, chocante. Y la verdad, las consecuencias, se diluyen en otros fotogramas que no aparecen. 
¿Por qué distorsionamos los hechos? ¿Es un mecanismo de defensa?

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