Chinatown gran película, muy LA, en la ficción. Una cosa que me sorprende en estos Los Angeles, que allá por 1781 unos 44 colonos enviados por Nueva España fundaron, es lo tozudos que son para no vacunarse o seguir las directrices de sus gobernantes; la verdad es que como otras cosas que los españoles hemos hecho por esos mundos de Dios la ciudad ha crecido, mucho en extensión y alcanza los cuatro millones de habitantes, que en otros sentido son muchos más. Hay mucho hispano, mucho asiático, mucho afroamericano, también los americanos típicos de California, rubios, morenos de playa, cuidadores de su cuerpo mortal. La mezcla es grande con dinero a raudales por varios frentes e industrias, es la meca del cine, el suelo muy caro, los impuestos son altos, es una ciudad demócrata en sus votaciones. La gente que nunca ha estado por aquí creo que se ve influenciada por la magia del cine, donde los artistas de las distintas facetas con un director a la cabeza, productores, guionistas, fotografía, vestuario, editores, actores, actrices, especialistas, son capaces de diseñar mundos, reales o imaginarios, que nos entran por los ojos, que muchas veces nos gustaría que el mundo real fuese así. Lo cierto es que la vida aquí no es fácil, muy cara, mucha gente, suciedad, tráfico insufible, contaminación, falta de agua.
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