Cuando llegan las nuevas generaciones es un momento bueno de reflexión para las viejas generaciones que tendrán mucha experiencia, incluso cierta sabiduría más pocas fuerzas o ganas y como sucede, porque lo veo a menudo, se construyen su realidad pasada con una mezcla de deseos, enseñanza, sueños y ciertos remordimientos; quizá no sea muy normal que personajes de apenas seis años de edad vean la Segunda Guerra Mundial como una mina llena de acciones fantásticas, llena de adrenalina, eso si me hace volver en busca del tiempo perdido. Yo como español, es decir neutral durante esos casi seis años, también me he sentido atraído por esos escenarios, ya los tebeos de Hazañas Béĺicas me introdujeron, gestas, crueldades, intensidad en las vivencias, miedo, comportamientos heroicos, matanzas en una guerra total con el armamento que existía entonces. Lo debo explicar sabiendo que en la red hay muchas versiones; me cuesta simplificar a mi auditorio, teóricamente lo que estaba en juego era la democracia contra el totalitarismo, lo más curioso es que uno de los totalitarismos, el comunismo de la URSS, se alió con las democracias longevas occidentales porque estas temían al nacional socialismo alemán más que a nadie; lo de Japón es una historia diferente. Indudablemente el mundo cambió, luego llegó la llamada Guerra Fría y a partir de 1989, más o menos, estamos un tanto dubitativos.
-¿Qué os parece?
-No entiendo nada. Pero ¿los U-boot tenían armamento nuclear?
Nos queda el cine.
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