lunes, 15 de noviembre de 2021

Guerra templada.

Reconozco que si leo mucho, de los acontecimientos actuales, encuentro bastante confusión o puede que no sea tal la niebla que nos rodea, quizá haya intencionalidad de siempre o navegantes con unos medios electrónicos que les permiten saber a donde van en cualquier circunstancia. Al final deberíamos analizar quién escribe, quién habla, como en mi caso y no hacerme demasiado caso. Una de las cosas que tiene hablar con adolescentes preguntones es que pasas revista a tus recuerdos. Por ejemplo con eso de la Guerra Fría, conocí la URSS un mes entero en 1981, varias ciudades, ahora naciones diferentes, me pareció un inmenso país, rico de fuentes de energía, gente frustrada, un lavado de cerebro superior al de Occidente, mucha mentira. La Unión Soviética me recordaba un decorado de película digno de Cinecittá, mucho cartón piedra copiado externamente a los yankees; estos no hacían más que hablar del peligro nuclear para que su Congreso autorizase más gasto en la carrera de armamentos, negocio próspero, hasta ahogar a ese fracaso de ideología que les fue muy útil para derrotar al peligro alemán. El general Carter es el Jemad de UK, declara sobre la situación en Bielorrusia, Polonia, Putin que afirma no tener nada que ver; el general no se sorprendería de nada, pontifica como la ausencia del poderoso americano crea muchos riesgos sin mencionar que la Guerra Fría acabó en 1989; gracioso el general no dice nada nuevo, eso si como si UK pudiese decidir algo.

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