martes, 18 de marzo de 2025

Que se ponga el enemigo.

Hace mucho aprendí que saber cual es el enemigo y sus intenciones resulta fundamental, guste o no, hay que definirlo. ¿Esta el enemigo? Que se ponga. Quizá Miguel Gila tenía razón y eso que se dirigía a una España donde muchos habían combatido en la Guerra Civil o en Rusia o en los dos sitios como algunos de mi familia. Quiero decir que oían al artista y se reían a pesar de ser ex combatientes. Otros no le soportaban. Cantiflas contaba cosas similares. En estos tiempos, de clarividencia virtual, deciden los que no han pegado un tiro en su vida, si añadimos sus perversos e incoherentes motivos sin duda son un peligro. 

Jugada maestra de Moncloa. Incluir el cambio climático en los gastos de Defensa es un buen intento. Es como el chiste de los huesos del oido en el examen oral de Medicina; martillo, yunke,  estribo, los bemoles de Buda, los cojones de Mahoma...Ahora que lo escribo es totalmente irreverente, con dos de las tres religiones mayoritarias, claro que mi disculpa es que lo oí a un teniente en tiempos de Franco. No era contador de chites le pedíamos el de las pelotillas de Buda, por aclamación popular. No se si colará. El caso es que a lo mejor cuela lo del cambio climático. Una cosa tiene en común con la defensa: desconcierto total.  

Se menciona a los Reservistas. Se da una cifra, qué será sin conocer sus capacidades. ¿Para hacer qué?

A todo esto no me aclaro con lo más importante ¿ Qué está dispuesta a aceptar Rusia, o qué está dispuesta a aceptar Ucrania?. Supongo que son territorios específicos, dimensiones cuantificables, limites con coordenadas geográficas, lo que sea sencillo de definir. Además ambos países desearán garantías sobre el cumplimiento. 

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