domingo, 15 de septiembre de 2013

Un brocante, pistolet y patatas fritas.

Llegas a Bruxelles del sur y ves que llueve. La gente se disculpa por la temperatura, porque piensan que los hispanos vivimos con el calor a cuestas. Las gafas de sol no son necesarias. La ciudad destila chocolate, patatas fritas, mejillones no muy grandes. mercados de ¨pulgas¨ o mercadillos donde puedes encontrar cualquier cosa que en casa tiramos a la basura. Ellos recuperan el dinero.
Un ciudad de bella arquitectura, que conserva las casas de cierta edad como un bien privilegiado e irrecuperable. Les gusta vivir bien, beber buen vino, esperar en los restaurants pacientemente ente plato y plato, cuidar de los animales, beber cerveza y hacer poco ruido.
Un territorio con problemas serios entre flamencos y francofonos que presume de gran capacidad de consenso. Al parecer viene gente de todo el mundo para saber como lo hacen; aprender a convivir, adaptarse y encontrar una postura que acomode a muchos. 
A lo mejor gente del centro y nordeste de Iberia deberia darse una vuelta. Encontrar un punto de encuentro, no buscar el enfrentamiento y la ruptura; el drama. A lo mejor podemos aprender a aguantarnos.
Tiene tambien la patisserie, unos dulces y postres muy ricos. Y el chocolate, que es bueno para compensar la falta de luz que deprime un poquito.
Me cuentan de un joven ahora que fue a una guarderia en Bruxelles con trece meses; no hablaba , no decia ni mama o papa.
Al poco tiempo dijo su primera palabra :chocolat, y luego la segunda encore. Es decir queria mas chocolate. Supongo que seria un precioso anuncio de cualquier marca de chocolate Belga.
Mientras se presenta como la capital de esa Europa que se queda a la retaguardia, que no da los pasos precisos para adaptarse al siglo XXI. Es un gran negocio ser la capital de Europa, se producen cientos y cientos de meetings; se come, se duerme, se viaja, se consumen los mejillones con las patatas fritas y la cerveza en las proximidades de la Grande Place. aunque nadie esta dispuesto a pagar el precio que requiere una Europa unida. Perder algo de esas cosas que tanto nos gustan.Un ciudad de funcionarios y extranjeros en el frenesi europeo.

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