jueves, 6 de octubre de 2016

El himno de Italia no es la marcha triunfal de Aida.

El parlamento de Cataluña aprueba un referendum secesionista para el 2017.
Incapaz de resolver los trilemas políticos de las Españas; ni el suicido político de las elecciones USA, donde los republicanos no saben a donde mirar y Hillary Clinton ya piensa como decorar la Casa Blanca ( ¿o será misión de Bill?); ni el problema del paro, sobre todo en los llamados jóvenes, necesitaba un descanso.
Agotado de ideas y desconsolado, metido en mis problemas, me pongo delante del absurdo televisor para ver el Italia-España y distraerme.
Siento curiosidad por ver al nuevo equipo nacional, todavía.
Creo que fuimos superiores y sin embargo al final 1-1 en Turín.
Probablemente salieron los mejores que tenemos y demostraron lo que les cuesta un mundo: marcar un gol. 
El gran Buffon falló como nunca le vi en vida.
De pronto contemplé a tres defensas de mi Madrid junto a Piqué, que es un gran jugador, inteligente y a veces bocazas. Nacho y Carvajal muy bien y S. Ramos ( estaba alabando en voz alta su discreción) de pronto una amarilla y un penalty, por lento.
Menos mal que Italia es floja y sus delanteros peores que los nuestros. D. Costa fue impotente y se libró, por la compasión arbitral de dejarnos con diez.
En el centro del campo Busquets-Koke-Silva e Iniesta, otro grande, eran suficientes para controlar, pero con escaso peligro.
En Italia son físicos, disciplinados, con buenos fundamentos defensivos y ...poco más. Eché de menos aquellos centrocampistas que mandaban, controlaban la pelota, creaban contraataques y ponían balones con elegancia y precisión a 40 metros ¿Dónde están?
¿Qué pasa con el arte y la belleza?

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