Fui en Pasadena, la cuidad de El Graduado, sin encontrarme con Anne Bancroft, a una conferencia en el magnífico Norton Simon museum.
La sala abarrotada después de colas larguísimas, el parking complicado, los miembros del museo en un lado los no miembros en otro y el director del Van Gogh museo de Amsterdam dirigiendo.
Alex Ruger es alemán, de Dortmund como el Borrusia, debe ser muy bueno en lo suyo por su currículum y habla inglés como un espía en WWII, incluso sus bromas son inglesas y el público encantado.
La sala abarrotada después de colas larguísimas, el parking complicado, los miembros del museo en un lado los no miembros en otro y el director del Van Gogh museo de Amsterdam dirigiendo.
Alex Ruger es alemán, de Dortmund como el Borrusia, debe ser muy bueno en lo suyo por su currículum y habla inglés como un espía en WWII, incluso sus bromas son inglesas y el público encantado.
Las razones para el director de la consideración de Vincent, a los ojos del mundo, son varias. Parece ser que su arte es un factor, su vida, su muerte joven y trágica y ...una película, la interpretada por Kirk Douglas. No sé si era un guiño al mundo de Hollywood en esta semana. Si menciono los tópicos de ídolos muertos jovenes, americanos, que no sabemos cómo hubiesen envejecido. Se olvido de citar a alguna mujer, a Marilyn por ejemplo.
Al parecer Vincent es un icono. El museo de Amsterdam ya ha rebasado los dos millones de visitantes anuales y eso que no vendio ni un cuadro en su vida. En su inauguración en los 70 preveían unas 10.000 personas.
Genio o no genio ahí está. No vivió mal, recibía dinero de su hermano, con el que mantuvo una relación especial y explicó en sus múltiples cartas - nada de móvil o internet- su mundo, sus sueños, pesadillas y sufrimientos. Pintar era la salida y pintó bien.