miércoles, 15 de febrero de 2017

La matanza de San Valentín a la catalana.

Nada como " Some like it hot" la película genial de Billy Wilder que en las Españas le pusieron faldas a lo loco, la manía  de intentar explicar el guión con el título; lo de "hot" tenía un sentido verdecillo, digno del humor del autor.
En esa idea genial la famosa matanza del garaje se exagera y un tipo con botines resulta ser la clave. Botas no botines se utilizan en el fútbol.
Y calentitas andan las cosas en El Can después de visitar Paris, hay un guión contra Luis Enrique, un buen jugador de fútbol y un entrenador que no cae bien a casi nadie, ni a los de la prensa catalana que son mamporreros oficiales ni a los otros del resto.
Nosotros lo tuvimos cinco años en Chamartin, pero exploto como centrocampista, a gran nivel en Barcelona. Se fue mal y la afición nunca le perdono. A mí me dio igual, si observé  que las necesidades del equipo le colocaron en una posición que no era la suya y tenía parte de razón. Vino muy joven.
Lo que no entendí es que odiase de pronto tanto al Madrid y se hiciese uno de esos catalinos que han inventado el concepto de la sabiduría y la idea total de que solo lo suyo es vital. Comprendo que hiciese su vida allí, pero descubrir el paraíso perdido me parecía exagerado.
Lo que no creo es que haya engañado a nadie. A él, que ganó poco como jugador, le gustaba un fútbol que requiere entrega total y gran condición física. Nada de eso tiene el equipo que si cuenta con extraordinarios jugadores que cuando se enfrentan a otro equipo de buenos jugadores donde los once defienden y atacan, pues tienen problemas. Si además alguno está saliente de lesión o les faltan otros -Macherano que siempre es muy importante o Alves, dejado ir- el conjunto da la impresión de estar roto, sin generar nada y entra en una impotencia peligrosa.
Es el entrenador, responsable, pero no creo que sean solo sus decisiones las que han llevado a esto.

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