miércoles, 6 de diciembre de 2017

En Jerusalén, el Muro de las Lamentaciones.

Hoy he recibido una foto de alguien querido, orando en el Muro. 
La mil veces vista foto de alguien rezando, y depositando sus peticiones, se repite una y otra vez.
La he recibido hoy,que parece que los USA van a reconocer Jerusalén como la capital de Israel y a parte del mundo musulmán no les hará ninguna gracia y otros se callarán por intereses políticos. 
La palabra más utilizada será provocación.
Desconozco si en realidad es una parte del templo que queda en pie, este Muro de los Lamentos, pero lo que llama la atención es la disputa de Jerusalén como ciudad sagrada, de estas tres religiones monoteístas cuyo lazo de unión es Jerusalén por Abraham y porque, según la tradición, Mahoma se fue hasta allí para subir a los cielos. Luego se empiezan a construir templos o mezquitas y pasa lo que pasa.
Los judíos fueron los primeros, su templo fue destruido. Jesús de Nazaret, judío, galileo de adopción, de religión judía y tradición hebrea vino, según Él a cambiar el mundo porque su Reino no era de este mundo. No fue aceptado como Mesías, no llenaba las expectativas. Mahoma, el profeta, fundó una religión-política. Sus seguidores, unos más y otros menos, se pelean y pelearán por este pedazo de tierra.
En las Españas es día de la Constitución del 78 y me han recomendado unos escritos recientemente publicados de Josep Plá, no tienen desperdicio. El gran escritor, el prosista catalán, el prolífico Plá, habla y retrata  a los catalanes en catalán. Algunas frases son para enmarcar, pero debo meditarlas. 
A los catalanes independentistas, ejemplo de demócratas, también les provocamos los demás. Si leyesen a Pla, no se lo que dirían. Seguramente que ha sido manipulado por el gobierno, el artículo 155 y antes, el año pasado, por el Real Madrid, que jugaba bien y ganaba casi todo.

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