sábado, 1 de junio de 2019

Honra merece el que a los suyos se parece.

El refrán, como casi todos, debe ser cierto, luego la genética o la vida misma pueden jugar en sentido inesperado. 
Nos parecemos a nuestros antepasados, seguramente a los más próximos más y nos comportamos con la educación, principios, modelo, estilo, que hemos mamado en casa. Supongo que el refrán tiene su edad y la tradición juega un papel importante como en El violinista en el tejado. 
Hay una institución que es la monarquía y unos tiempos que son los que vivimos. Nosotros, en España, hemos tenido muchos siglos de monarquía, muchos monarcas. Desde aquel final del siglo XV, donde se nos junto la España Moderna con Granada recuperada y el descubrimiento de un nuevo continente, hemos tenido reyes y reinas. Alguno como Carlos V excepcional, en mucho sentidos, a un nivel difícil de superar en su complicidad. Luego están Carlos III, quizá Felipe II para otros y probablemente Juan Carlos I. El resto fueron reyes y reinas también. Las circunstancias no siempre fueron iguales, ni el entorno e intervino la diosa fortuna, los vientos propicios o las acciones u omisiones de otros, aliados o enemigos. Hoy cuando sigues vivo, aunque digan que un rey no deja de serlo hasta que muere, ya pasan revista a la vida de los monarcas con más información, o manipulación, de sus actos. Pienso que lo que más valora un monarca es la lealtad, la lealtad hasta el final. No se si es lo que más valoran las personas "normales", pero en este caso la lealtad es muy importante y viene de lejos, ser leal a la corona.

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