domingo, 16 de junio de 2019

Se acerca el verano.

Ya sólo nos falta que haya un gobierno y el público saldrá de vacaciones. Se llenarán las playas, posarán unos, otras, saldrán los mismo al candelero, si no salen es que no cotizan. Cuando no veraneaba casi nadie hacía el mismo calor, el mismo sol, el coche representaba un lujo en la operación de abandono de las grandes ciudades.
Operación salida en el Madrid que no acaba de confirmarse porque los jugadores están de boda, Tienen su derecho, aunque el chaqué o el nudo de la corbata requieren su práctica. 
Eso de las bodas, es como la política, un misterio. Gusta a la mayoría, se preparan, se angustian, se gastan la pasta, luego se casan por la iglesia, la católica, dicen no creer en lo que esa iglesia pide, es voluntario, ya no obligan, siguen casándose por la iglesia. Si hay un problema declaras que eras inmaduro, no sabías lo que hacías, anulan, para volverte a casar, para seguir siendo inmaduro.
No es sólo cuestión de futbolistas, es la sociedad. Lo de ir de boda ya lo escribió Cervantes con Camacho, no el defensa del Madrid, otros antes, un gran acontecimiento.
Me entretuve ayer en escribir los nombres de los jugadores del Madrid, los fichajes de 50 millones de este mes, alguno del futuro, las bajas, que no serán sencillas porque nadie quiere irse, nadie quiere perder un duro, todos se creen muy buenos, todos son orgullosos, empezando por Bale, Isco y compañía. Nadie se quería perder en Sevilla la boda,
¿A quién le importa la boda de Sergio Ramos? mira que da.

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