jueves, 28 de abril de 2022

Final inglesa.

Me rindo por carpetovetónico, cateto, ignorante, por no tener el gusto de los ingleses, de los expertos en algo tan básico como el balompié.Son muy superiores, somos inferiores, en Inglaterra no sólo hablan inglés, tienen rollo, The Beatles, "Never walk alone", hooligans, violencia, la libra ante todo. Todo el mundo que oigo o leo, los expertísimos que comentan, ex futbolistas profesionales (de distinto nivel) o profesionales de los medios, la inmensa mayoría hablan de la superioridad de la Premier, del fútbol inglés; los dos mejores entrenadores del mundo mundial, los mejores conjuntos, ritmo, físico, calidad, incluso diversión. Unos se apuntan al City por su juego excepcional otro prefieren al Pool como equipo de diseño sin defectos, intensidad, momento extraordinario., yo que conozco ambas ciudades, ambos estadios, que me gustan los pubs, no entiendo nada. Los dos equipos españoles son dos pobrecitos que han llegado de milagro; uno los de la Cerámica apoyados por ser una ciudad pequeña, simpática, que cae bien ( por no utilizar el trascendental término humilde muy sobado), un pueblo unido en fiesta, un atrevido que se le disculpa; el otro osado, inoportuno, grosero, inesperado semifinalista, que ha tenido, en plena reconstrucción la inaudita osadía de eliminar al PSG, que no es inglés, y al Chelsea, además de no seguir las reglas del buen fútbol. El partido de la Champions del martes fue una oda, lo mejor, "ever", eso dicen; recuerdo cuando la BBC ponía el de Glasgow 1960 y la primera derrota de England con Hungría en Wembley, una vez al año; en ambos Puskas , en uno junto a don Alfredo, 7 goles los dos. Cómo no te voy a querer si todo el mundo te da palos.

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