lunes, 18 de abril de 2022

¿Hay que seguir al corazón?

Aprendí a nadar en Melilla, El Pueblo, casi me ahogo al tirarme desde un bote similar a los del práctico, en un día sin viento, viendo los acantilados donde se suicidaba algún desesperado de vez en cuando; son muchos los recuerdos, emociones de niño, una ciudad muy divertida, moderna/antigua, donde los magníficos coches no hacían kilómetros, luego la historia, siempre española, los moros ahí, los hebreos, legionarios, regulares, la Avenida arriba y abajo, el club Marítimo, mis primeros vaqueros, el bikini. Mucha sangre derramada incluida la familiar, cercana, un cementerio repleto de héroes, antes/después de aquel fatídico verano de 1921 tras lo de Annual. Me pregunto todos esos políticos que nos gobiernan, los de ahora, pasado reciente, futuro  ¿que estarían dispuestos a hacer por Ceuta, Melilla?  ¿cómo creen que hay que anticiparse a las acciones de Marruecos, actor principal,?  ¿Argelia, Polisario, los llamados aliados, los gringos, Francia siempre a lo suyo cada uno?  ¿ qué piensan de Ceuta y Melilla? Curiosamente en pleno Ramadán ponen una serie en Marruecos rodada en Oriente Medio, perspectiva desde esa óptica que según los bereberes contiene informaciones falsas que distorsionan verdades históricas lo cual va a perturbar los conocimientos de muchos marroquíes que van a considerarla como una referencia histórica; es la fortuna de las diferentes opiniones entre suníes y chiíes que siempre divide más que une. No es consuelo, Marruecos es un vecino, con sus peligros y hay que tener muy claras las cosas.

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