Una pasta como Dios manda sólo se puede comer en Italia, un arroz en el Mediterráneo, así todas las cosas en sus orígenes; en los USA hay comidas de todos los lugares de la tierra, como sus emigrantes, pero con su sabor americano que lo estropea. Hace más de 40 años pisé La Florida por primera vez, recuerdo la humedad sobre todo; llegué como Ponce de León con sueños similares, menor edad que el conquistador, las mismas preguntas sin respuestas, la aventura. La gran diferencia de esos finales del XV principios del XVI en todas las peripecias de don Juan, hasta encontrar la muerte en combate, está en el idioma de unos y otros; don Juan hablaba el español mejor que yo, el castellano, porque era de un pueblo de Valladolid, y los de por aquí hablaban lenguas desconocidos. Hace más de 40 castañas ya se hablaba lo de don Miguel por estos lares, pero hablar se habla mucho más ahora, realmente hemos conquistado el SE de estos USA por los huevos de la lengua, y a alguien habría que agradecérselo, digo yo. Por supuesto no sólo a los castellanos viejos que venían por nuestro Rey y patria, intentando colonizar y evangelizar, aunque se cometiesen errores, porque también había que comer, vivir y hacer otras cosas, ha sido una labor de siglos de muchas gentes. Los peores, como decía El Papi, no hemos sido.
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