En el verano del Hemisferio Norte llegan las tormentas tropicales cargadas a barrer el Caribe, se desvían con rumbo norte al final, se descomponen cuando tocan tierra, después de acumular ingentes cantidades de energía. Ahora es invierno, la costa este de los USA se ve envuelta por una tormenta invernal que puede afectar a 200 millones de personas con esas imágenes de frío de película. Desde Canada se desplazará hacia el sur, llegará a Florida, ya ha llegado de hecho, bajarán las temperaturas, menos mal que Santa Claus viene del polo norte, bien abrigado, un chicarrón, está acostumbrado a las bajas temperaturas, habrá cumplido con su misión. Florida no sólo es sol, playa, turismo, gangsters, proximidad a Cuba, exiliados, Donald Trump, todos estos antecedentes son una idea de lo que anda por aquí suelto para jugar al golf todo el año, también Alfonso Capone o Meyers Lanski fueron clásicos de la zona, aunque bajen algo las temperaturas funcionará la playa. Hubo un tiempo que controlamos La Florida, territorio del Reino de España, aguantamos en medio de nuestros desaciertos y frustraciones, demasiados frentes abiertos para la corona sin capacidades, demasiados enemigos, muchos intereses. En 1821 ya cayó del lado de esta república nueva que se iba extendiendo al sur y al oeste pendiente de una guerra civil todavía lejana. Y es que estos USA de hoy son un continente, enorme, donde los turistas, capos, capitanes, soldados de Chicago, Kansas o New York se venían aquí a descansar sin necesidad de pasaporte en busca de una buena vida.
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